No nos lamentemos más, el verano se ha ido, y el otoño ha llegado acompañado de lluvia y de un descenso de las temperaturas que, aunque no llegan a los extremos del invierno, también afectan a nuestro coche.
Esta estación puede ser un momento ideal para preparar nuestro vehículo de cara a las grandes heladas, lluvia y frío extremo que están por llegar.
Si te hemos convencido de que revises el estado de tu coche para mantenerlo en la mejor forma posible, te aconsejamos que te fijes en los siguientes aspectos:
Revisa los filtros de aceite, combustible o partículas y el aire acondicionado:
Cuanto más limpios están los filtros, mejor combustión lograremos y, por tanto, más reduciremos el consumo excesivo de combustible y de aceite. Respecto al aire acondicionado, ocúpate de él si no consigues ambientar el habitáculo en un tiempo razonable o si al encenderlo notas un olor desagradable.
Inspecciona los neumáticos: Presión, estado general de la goma y profundidad del dibujo te darán una idea aproximada de su estado, recuerda que son el único elemento que te permite estar en contacto con la carretera.
Verifica el estado de las escobillas: Te aportan visibilidad cuando más la necesitas, así que no olvides revisar el estado en el que se encuentran después de varios meses de calor y sequía.
Controla los niveles de líquidos: Los líquidos tienen una fuerte presencia en el funcionamiento de tu coche, además del depósito de gasolina, está el depósito de aceite, el del anticongelante y el del agua destilada de la batería. Asegúrate de que el nivel de todos estos líquidos es el correcto, cada uno de ellos tiene una función específica y todas ellas son muy importantes.
Otro de los aspectos que puedes revisar tú mismo son las luces y su graduación, comprueba que todos tus focos funcionan correctamente antes de que te sorprenda la noche. Después de estas verificaciones, si tienes alguna duda sobre el estado general de tu coche, consúltanos.