Ocho días entre las dunas del desierto de Marruecos con la única ayuda de una brújula, un mapa y un libro de ruta. Ese es el reto que propone como punto de partida el Oasis Raid, una prueba de motor que el pasado mes de abril celebró su séptima edición. Nuestro compañero Audi Expert Pablo Etchevers y su amigo y tocayo Pablo participaron en este recorrido de 5.378 km. Lo hicieron con coche de tracción simple de los años 90, un Seat Marbella de 40cv con el que se han convertido en ganadores de la categoría Raid. Pero aquí lo realmente importante no es llegar el primero, ‘se trata de una aventura al estilo de las antiguas travesías que se hacían por África, permite hacer turismo de aventura de una forma diferente y además con una labor solidaria’ afirma Pablo. Lo importante es llegar por el camino correcto disfrutando al máximo del recorrido.
¿Habíais participado anteriormente en una experiencia de este tipo?
En un raid no, pero sí en varios rallys de regularidad por la zona de Coruña, en los que se utiliza un libro de ruta similar al del raid. La principal diferencia es que en los rallys hay que tratar de conseguir una velocidad media en cada tramo, y en el Oasis Raid simplemente se trata de ser capaz de orientarse e ir superando las diferentes pruebas.
¿Qué es lo que os llevó a participar?
Tanto mi compañero (el otro Pablo) como yo somos muy aficionados a los coches y tenemos conocimientos de mecánica. El hecho de ir a Marruecos a hacer una ruta off road en coche nos parecía una pasada, pero hacerlo en uno así de sencillo, con 25 años y preparado por nosotros mismos fue lo que más nos llamó.
¿Cómo os preparasteis?
Lo principal fue comprar y preparar el coche. La mecánica la dejamos de serie, pero desmontamos todo, cambiando todas las piezas de desgaste. Modificamos la suspensión para que tuviera mayor altura, añadimos relojes para controlar mejor el motor (presión y temperatura de aceite, temperatura de refrigerante, cuentarrevoluciones, voltímetro…), sacamos los asientos traseros e hicimos un separador para la carga, fabricamos un cubrecárter para proteger los bajo, pusimos un snorkel para evitar que entrase mucho polvo al motor, colocamos unos faros de largo alcance y baca en el techo con un soporte para las ruedas de repuesto. También fuimos consiguiendo un motor de recambios para llevar por si acaso.
¿Qué lugares visitasteis?
Esta fue nuestra ruta completa, 5.378 km de viaje en 12 días.
- A Coruña-Estepona (salida del Raid).
- Estepona-Gibraltar-Algeciras.
- Etapa 1: Tánger Med-Bosque de Maamora-Ifrane.
- Etapa 2: Ifrane-Timhadite-Missour-Midelt.
- Etapa 3: Midelt-Tarda-Erfoud.
- Etapa 4: Erfoud-Tisserdmine-Merzouga.
- Etapa 5: Merzouga-Aferdou-Mharech.
- Etapa 6: Mharech-Fezzou-Ouarzazate.
- Etapa 7: Ouarzazate-Ait-Ben-Haddou-Ouzoud (fin del Raid).
- Ouzoud-Tánger Med.
- Algeciras-A Coruña.
Parece mentira que con un Seat Marbella de 40cv hayáis llegado tan lejos. Queda claro que en este caso la potencia no lo es todo…
Desde luego que no, hoy en día estamos acostumbrados a viajar en coches con un montón de comodidades, pero cuando viajas en un coche así te das cuenta de que es otra forma totalmente distinta de viajar, te das cuenta de lo pronunciadas que son las cuestas (en algunas teníamos que meter 3ª y no pasábamos de 70 km/h, y nuestra velocidad de crucero en llano rondaba los 100 km/h). Pero a pesar de ello me sorprendió para bien, ya que el sufrimiento físico no me pareció peor que si el viaje fuese en un coche más moderno y potente, teniendo en cuenta que para recorrer la misma distancia nos hubiese llevado menos tiempo.
¿Cómo se cruza el desierto en un vehículo de los años 90?
Es increíble pensar en los sitios por los que pasamos con este coche teniendo solo tracción delantera y el motor de serie. Nosotros no teníamos apenas experiencia en conducción todoterreno por lo que fuimos aprendiendo poco a poco a medida que transcurría el Raid. Aprendimos que cada vez que viene una zona complicada hay que bajarse para echar un vistazo y así decidir si es necesario bajar presión a las ruedas. Después lo principal es la inercia, entrar con velocidad e intentar no perderla, ya que sino es cuando las ruedas empiezan a escarbar y el coche se atasca.
¿Con qué otras dificultades os encontrasteis por el camino?
Tuvimos varios problemas mecánicos, aunque por suerte todos tuvieron solución. Se nos rompieron los dos amortiguadores traseros, nos quedamos sin frenos al romper un latiguillo, tuvimos que enderezar muchas veces el cubrecárter… También cruzamos varios puertos de montaña (alguno de noche), con bastante tráfico de camiones, obras, zonas sin asfaltar… y además al coche se le notaba que con la altura tenía todavía menos potencia.
¿Cuál fue la etapa más dura?
Sin duda fue la etapa 5, ya que estuvimos 12 horas sin bajarnos del coche más que 15 minutos a comer para recorrer un total de 160 km. Fueron todos fuera de pista y con bastantes dificultades, tanto de navegación como de pasos de arena.
En esta ruta se respira solidaridad, motor y compañerismo. Imagino que la ayuda entre compañeros es clave. ¿Con qué momento te quedas?
Hubo un momento muy surrealista cuando en una subida en un paso entre montañas en medio de la nada se formó un atasco de unos 30 coches y varios camiones de la zona en el camino porque a otro compañero se le averió el coche y se apagaba todo el rato. Entre varios descubrimos que el problema era que no llegaba suficiente presión de gasolina y se pudo colocar una bomba (que otro participante llevaba por si acaso) para solucionarlo de manera temporal y salir de allí, ¡aunque finalmente el coche aguanto así hasta volver a España!
Pero también me gustaría comentar que en las etapas más complicadas íbamos varios coches juntos para ir pasando uno a uno las zonas difíciles y así ayudarnos unos a otros, ya que la solidaridad es la base de la carrera, tanto entre compañeros como con la gente de la zona.
¿Alguna anécdota especial?
Hay muchas, una de ellas fue cuando en una zona con mucha arena no vi un escalón de piedra, con lo que entré bastante rápido para ir con inercia, el coche pegó un salto tremendo y la baca salió volando, rompiendo uno de los faros de largo alcance.
Por último, daros la enhorabuena por haber sido los ganadores de la categoría Raid. ¿Cuáles son las claves del éxito de esta singular carrera?
La verdad que en este raid la parte competitiva es secundaria, lo que permite ir sin presión, pensando simplemente en disfrutar y ayudar al resto. El sistema de puntuaciones se basa en penalizaciones por muchos motivos: no superar una prueba de arena o de orientación, saltarse algún control de paso, no cumplir las normas como respetar las zonas con límites de velocidad o llevar las luces encendidas en pistas, llegar a la llegada o a la salida fuera de tiempo, no llevar algún elemento obligatorio, etc. Teniendo en cuenta esto, para nosotros ser los ganadores fue una sorpresa total, ya que hasta el último día no teníamos ni idea. Y fue aquí cuando la organización comunicó que había un empate a cuatro en el primer puesto, ¡y nuestras únicas penalizaciones fueron por no llevar las luces puestas!
Solidaridad, compañerismo y aventura. Queda claro que esta prueba ha llevado un soplo de aire fresco, un oasis, a la vida de todos sus participantes, tras un recorrido, unas etapas y una convivencia, que cualquier persona debería vivir. ¡Enhorabuena, Pablo!