¿Gasolina o diésel? Hoy te ayudamos a resolver la eterna duda que te asaltará nada más pisar tu concesionario para comprar un coche nuevo, ¿Qué debemos tener en cuenta antes de decantarnos por uno u otro?
Los vehículos con motores gasolina son, a priori, más económicos que los diésel, por lo que el primer factor determinante es el presupuesto con el que contamos para la compra. Además, lo habitual es que el mantenimiento del gasolina sea también más económico. Son dos razones de peso, pero que tienen su contrapunto.
El hecho de que los vehículos a gasolina sean más económicos se descompensa posteriormente con el precio del combustible porque el carburante diésel es siempre más barato. En cualquier caso, la compra de un diésel solo podrá amortizarse por conductores que recorran grandes distancias, ya que el consumo de combustible será menor -es importante saber que en distancias cortas (inferiores a 15 kilómetros) en las que el aceite no llega a calentarse no existe una diferencia real de consumo-. Sí es cierto que para automóviles pesados y de gran tamaño, que consumen más, será siempre preferible decantarse por la opción diésel.
Dejando las cuestiones económicas a un lado, es cierto que un motor gasolina suele ser más silencioso a la hora de trabajar, lo que implica que la conducción en el habitáculo sea más confortable por la ausencia de ruido y vibraciones. En general, también incluyen menos elementos electrónicos, por lo que los motores gasolina suelen presentar menos averías y por tanto se puede decir que son más fiables.
La meteorología también es un factor que el comprador debe valorar. El sistema de calefacción de los gasolina suele ser más eficiente, por lo que está más recomendado para zonas frías. Sin embargo, y ya que en ellos el aceite tarda más en calentarse, el diésel será una compra idónea para zonas con climas muy cálidos.
Otros aspectos como la potencia del motor –la velocidad- y el rendimiento del vehículo no son factores en los que haya grandes diferencias, pues uno y otro han ido igualando sus prestaciones. Dependerá más del modelo escogido, o del fabricante en sí mismo, que del tipo de carburante que alimente el coche.
Entonces ¿cómo sabremos si nos compensa diésel o gasolina? El secreto está en el número de kilómetros que haces al año, si tu coche es tu compañero inseparable y juntos hacéis más de 25.000 km anuales no lo dudes, lo tuyo es el diésel, sin embargo, si usas el coche lo justo y necesario y por lo tanto no llegas a los 10.000 km anuales, te compensa un gasolina. Si te quedas en el medio lo mejor es que hagas tus propios cálculos ya que dependerá mucho del modelo que elijas, su consumo y de tu forma de conducir.