La mecánica de tu vehículo puede y debe mantenerse en plena forma, para ello te aconsejamos seguir estas recomendaciones que te permitirán realizar un correcto mantenimiento de tu coche.
Para comenzar, es fundamental hacer un uso adecuado del vehículo con una conducción combinada y eficiente, que permita evitar las asperezas de los motores que acumulan muchos kilómetros. Opta por una conducción comedida de bajo consumo, pero no pierdas de vista la necesidad de ampliar el margen puntualmente para desatascar elementos como los inyectores o los catalizadores.
A la hora de cambiar de marcha, asegúrate de que el motor no está demasiado bajo de revoluciones (menos de 1.500 rpm). Lo idóneo es cambiar a 2.000 rpm en los motores diésel y 2.500 rpm en gasolina. En el caso de que necesites potencia extra, es mejor reducir la marcha y “estirar” el motor que acelerar a fondo en una marcha larga puesto que así el motor consumirá más y forzarás el cigüeñal.
Un enemigo claro en la mecánica de tu coche es la temperatura. Gran parte de la energía de la mecánica, se disipa en forma de calor y un buen sistema de refrigeración es indispensable para evitar averías. Controla con el coche frío que el refrigerante se encuentra en su nivel óptimo y emplea cuando sea posible, concentraciones altas en Glicol, entre el 30-50%. Asimismo, es recomendable la sustitución total del líquido cada dos años para mantener sus propiedades.
Por último, ten clara la importancia de la lubricación en tu vehículo. Cada coche necesita un grado diferente de viscosidad, actualmente en el mercado existe una amplia gama de lubricantes. Busca uno que cumpla con las expectativas del motor de tu coche.