Viajar con nuestra mascota es de lo más común. Sin embargo, debemos tener en cuenta algunos detalles que harán el viaje más llevadero para ambos, mejorarán la seguridad de todos los ocupantes del vehículo y evitarán las multas inesperadas.
Antes de comenzar el viaje y de habernos asegurado que el coche cumple con los requisitos para una adecuada circulación, ten en cuenta que la mascota es un ocupante más de vehículo y que, por lo tanto, debes llevar la documentación del animal en regla y su cartilla de vacunación. Su correcta identificación, gracias al chip que incorporan, hace más fácil la tarea de encontrarlos en caso de extravío.
Del mismo modo que le hacemos una revisión al coche, debemos acudir al veterinario una vez al año para revisar la salud del animal. Si no lo has hecho, acudir al veterinario antes de emprender el viaje es perfecto. Por otro lado, aunque no existen países que prohíban la entrada de mascotas la documentación es indispensable. Si no dispones de ella, pídela al veterinario donde deben constar los datos sobre la vacunación antirrábica. Si viajamos con otro tipo de animal doméstico más exótico te recomendamos que consultes las restricciones en otros países de la Unión Europea.
El veterinario podrá darnos, además, alguna pauta para que el viaje se le haga más placentero al animal. Además, una vez que se ha llegado al lugar de destino, es conveniente tener localizadas las clínicas veterinarias de la zona.
Métodos de sujeción, alimentación, descanso y adaptación
Al igual que en los trayectos diarios y de menor duración, el arnés o el trasportín son imprescindibles. Los animales deben ir siempre ocupando una plaza con un arnés homologado. Respecto al trasportín, este debe ir sujeto con el cinturón de seguridad de la plaza que ocupa.
Estas medidas de seguridad permiten también en evitar una multa, las sanciones oscilan entre los 100 euros por viajar en el regazo de algún ocupante, hasta los 200 por ir sin ningún método de sujeción.
En cuanto a la alimentación del animal, los expertos recomiendan llevarlo ya alimentado, que no empachado. Además puedes llevarle algo de comida para cuando llegues o prever ya cuánta necesitarás durante esos días y llevarla de casa.
Por supuesto, en el viaje y como cualquier ocupante del vehículo, las paradas son imprescindibles para poder no sólo hidratarse sino estirar sus patas, pasear un poco y hacer sus necesidades.
Llegados al lugar de destino el animal necesitará un tiempo de adaptación al nuevo ambiente. Llevar su cama, sus juguetes y enseres habituales para alimentarse ayudan mucho a perder la desconfianza al lugar. Verás como enseguida ambos estáis listos para unas perfectas vacaciones.