La planta de Ingolstadt, en el corazón de Baviera, es el mayor centro de producción de Audi AG, así como la sede central del Grupo y del Desarrollo Técnico. Ingolstadt es una ciudad en la que residen alrededor de 130.000 personas, de las cuales un 33% aproximadamente trabajan en Audi.
En este centro se está probando el concepto “fábrica inteligente” con montaje modular, por lo que no es de extrañar encontrarse con convoyes sin conductor, drones capaces de transportar volantes, robots que depositan piezas con una precisión milimétrica, ó modulos autónomos que llevan de un lado hacia otro vehículos a medio embalar.
Como punto clave de este cambio aparece el montaje modular, intentando, de esta manera, dejar de lado la producción en cadena, desarrollada en su momento por Henry Ford.
Este sistema autónomo traslada sobre un vehículo, totalmente independiente, el coche a producir, recibiendo las piezas correspondientes de acuerdo con sus especificaciones técnicas. De esta manera, se ven reducidos los tiempos de espera y la ocupación ineficiente del espacio.
El modulo autónomo ha sido bautizado como Paula, y es una especie de caja que carga el vehículo y es capaz de llevar contenedores con herramientas y piezas.
Gracias al sistema modular se ven mejorados los niveles de calidad debido al doble chequeo. Un fallo eventual es supervisado en dos niveles: uno humano y otro informático.