Hace ya 30 años que Audi inauguró su larga línea de coches familiares de altas prestaciones con aquel RS2 que supuso toda una revolución del segmento de los automóviles deportivos al añadir una carrocería familiar de altas prestaciones. Desde entonces, ha fabricado multitud de modelos deportivos basándose siempre en los A4 y A6, dejando en manos de su filial Quattro GMBh el desarrollo y la fabricación parcial de los mismos.
El último en salir al mercado ha sido el RS4 Avant, un coche dotado de un motor de extraordinario rendimiento y tracción integral que apenas tiene competidores más allá del Mercedes Clase C Estate. Un vehículo capaz de aunar la estética deportiva con las funcionalidades de un coche familiar pues cuenta con espacio para los niños y con un maletero de lo más espacioso (490 litros) que además puede ampliarse hasta los 1.430 litros abatiendo los asientos traseros. Ideal para meter tanto el carrito del bebé como para salir de vacaciones. Sin olvidar mencionar la estructura auxiliar que separa la zona de carga y que permite aprovechar el espacio hasta el techo con total seguridad.
Estética del vehículo
Las características del habitáculo también son muy similares a las de cualquier A4, con la diferencia de que los asientos delanteros tienen forma de basquet con los reposa cabezas integrados y ofrecen una regulación eléctrica completa. También pueden regularse de forma manual. Cabe destacar que la sujeción es muy superior a la de los asientos deportivos convencionales.
En lo que se refiere a la parte delantera, esta no resulta muy diferente de los habituales A4 de gama alta. Aquí debemos resaltar la pantalla del navegador situada en el salpicadero y el cambio automático ubicado delnate del sistema de mando MMI.
Potencia y motor
En cuanto al motor, debemos decir que se trata de uno de los mejores que pueden encontrarse actualmente en un coche de estilo deportivo. Alimentado por inyección directa y capaz de generar 450 CV nada menos. Un motor de larga tradición en la marca, pues se remonta a los Audi V8 de la década de los 80.
El consumo del motor en uso normal es de entre 12 y 15 litros por cada 100 kilómetros. Si se pretende llevar una conducción deportiva, el consumo se incrementa.
Se trata en definitiva de un vehículo con altos niveles de confort que permite una conducción tranquila, buscando siempre las marchas largas y que cuenta con una suavidad de cambio muy destacable tanto en ciudad como en autopista.