Con el Audi Grandsphere nos presentan de nuevo un concepto de lujo de un futuro en el que priman las experiencias de viaje.
Basados en la experiencia de la “esfera” interior:
Al igual que hemos visto en el primer concept, el Audi Skysphere; con la autonomía de conducción de nivel 4, el volante y los pedales se ocultan para garantizar el máximo confort. El habitáculo resulta especialmente amplio cuando los dos asientos delanteros individuales se colocan en su posición más retrasada. El Audi GrandSphere es un 2+2 plazas, con un asiento acolchado para dos ocupantes integrado en la parte trasera. En las dos butacas delanteras, hay una nevera compacta con dos vasos y una botella de diseño; en los reposacabezas se encuentran unos altavoces que permiten una zona auditiva privada.
Uno de los sistemas más innovadores que encontramos es el MMI touchless response: Si se está en posición adelantada o conduciendo, se pueden seleccionar los menús de funciones utilizando un mando giratorio. Pero en caso de que el conductor recline el asiento durante la conducción autónoma, se utiliza una combinación de un sistema de seguimiento ocular con control gestual. Un sensor dirigido al ojo detecta la línea de visión cuando hay que activar la unidad de control; el pasajero sólo tiene que hacer movimientos con la mano como si estuviese realmente tocando el mando y puede manejar el sistema de la misma forma, sin necesidad de tocar nada.
El propio vehículo será capaz de recoger a sus pasajeros utilizando información sobre su destino actual y se podrá encargar de aparcar así como de cargar la batería. Además, el Audi GrandSphere reconoce a sus ocupantes antes de que entren dentro del vehículo, sus puertas se abren de manera invertida y les da la bienvenida de forma individual.
Tendremos que esperar hasta el próximo año para poder conocer el Urban Sphere.