Este 2016 es un año importante para Audi, se están tomando decisiones esenciales de cara el futuro que marcarán los pasos de la compañía en los próximos años. El incremento de la inversión, los nuevos Audi Q2 y Q5, la inversión en movilidad responsable y los ajustes financieros son las líneas de actuación para la marca, su apuesta firme para continuar, como siempre, a la vanguardia de la técnica.
Audi ha explicado que reducir la inversión sería hipotecar el futuro de la empresa y, por lo tanto, piensa continuar con los altos niveles que ofrecía hasta ahora. Las previsiones indican que la compañía gastará más de 3.000 millones de euros, la mitad de ellos en sus sedes alemanas. Por otro lado, Audi espera abrir un nuevo segmento de la mano del Q2, que se presentará este mismo año. También en este 2016 llegará el sucesor del Audi Q5, buscando renovar un año más el éxito en el segmento SUV.
Las nuevas tecnologías son la otra línea de actuación, los sistemas de propulsión alternativos mantienen en vilo a las casas de coches, que no descansan en la carrera por ofrecer al mercado una alternativa real a los combustibles. En este sentido, la marca alemana pretende lanzar en 2018 el primer vehículo de propulsión eléctrica producido en serie y en dos años espera introducir hasta 60 modelos eléctricos distintos ¿Conseguirá cumplir estas ambiciosas expectativas?
Como las inversiones no dejan de crecer, Audi busca optimizar los costes de estas, a fin de evolucionar en el apartado financiero para seguir creciendo. A raíz de los numerosos estudios de inversión realizados, la compañía ha decidido posponer la construcción del túnel del viento.
Finalmente, la conectividad, la digitalización y la creación de fábricas inteligentes serán los demás campos en los que Audi espera continuar trabajando. La cooperación con HERE, líder en mapas digitales y la ampliación de plantilla indican que la compañía se toma en serio su futuro y que todavía va a sorprendernos tecnológicamente durante muchos años más.