La innovación forma parte del carácter de Arrojo. El piloto Carlos Arrojo personalizó su vehículo de competición hasta el punto en el que el modelo con el que compitió mantiene su apellido. Charlamos con el editor de la revista especializada Crono Motor, Alfredo Bárcena, para que nos presente al precursor de esta casa que consiguió poner su nombre a un coche de rallies: el Seat 600 Arrojo.
1. ¿Qué nos puede contar de Carlos Arrojo?
Para el mundo del motor coruñés fue uno de sus grandes personajes. Su debut tuvo lugar compitiendo con una Vespa a los diecisiete años, en 1958, y lo hacía, por increíble que parezca, en pruebas de velocidad, motocross y resistencia. Posteriormente corrió con Bultaco y Montesa. Habrá que esperar hasta el año 66 cuando como copiloto de José Larrea participa en el Rally Rías Bajas en un Seat 850.
2. Fue muy famoso por sus Seat 600 con los que logró vencer numerosos rallies, ¿por qué eran especiales estos coches? Sobre el año 66 en La Coruña comenzaron a organizarse algunos rallies exclusivamente para coches, anteriormente los había mixtos para motos y coches, y él comenzaría a utilizar un Seat 600 descapotable. Como le gustaba muchísimo la mecánica, poco a poco empezaría a prepararlo, subiéndole la cilindrada a 850 centímetros cúbicos.
“Comenzó a utilizar un Seat 600 descapotable. Como le gustaba muchísimo la mecánica, poco a poco empezaría a prepararlo, subiéndole la cilindrada a 850 centímetros cúbicos.”
Con su segundo Seat 600 ya conseguiría vencer en categoría “Nacional” en el Rally de Orense. Pero su resultado más sorprendente es cuando con este coche logró ser cuarto absoluto en el Rally de Oviedo, ahora Rally Príncipe de Asturias. Posteriormente compró un Abarth 850 TC, que era un coche con carrocería de 600, y las preparaciones continuaron evolucionando.
3. ¿Qué caracterizaba a Carlos Arrojo como piloto? Tenía un gran talento para la mecánica, pero también como conductor. Sabía poner el coche a su gusto y sacarle el máximo partido.
4. Tuvo un lugar destacado en las primeras ediciones del Rali de Ferrol, cuéntenos qué papel ocupó en esta popular carrera. Fue el primer ganador del Rally de Ferrol y en la tercera edición volvía a repetir el triunfo por delante del vasco Juan Carlos Pradera, piloto que fue a continuación piloto oficial de Seat, y que se llevó una sorpresa monumental por el ritmo de aquel “600”.
5. Personalmente, usted estuvo presente en el Rally Rías Baixas, allá por el año 1972, donde pudo ver de cerca y también fotografiar aquel espectacular 600, que curiosamente ha acabado cerca de usted muchos años después, ¿no es así? En mi caso tenía 12 años cuando vi participar en el Rías Bajas la última versión del Seat 600 de Arrojo. Era muy espectacular, por su radiador delantero, su enorme motor que casi no entraba en la parte trasera, sus ruedas anchas. Era un auténtico “aparato”. Por suerte el coche se ha conservado y se encuentra en manos de un gran piloto vigués y que a la vez es coleccionista de automóviles antiguos.
6. ¿Qué puede contarnos de la empresa que fundó, cuyo nombre Arrojo perdura hoy en día? Arrojo es uno de los pocos concesionarios de La Coruña cuyo nombre ha perdurado desde hace varias décadas. En estos momentos representa a Audi y es sin duda uno de los más importantes.
7. Como sabe, Arrojo se dedica hoy a la comercialización de productos y servicios de la marca Audi, cuyo prestigio debe en parte a la competición con el famoso quattro a la cabeza, ¿que nos puede contar de esta época? El Audi Quattro debutó en un Rally del Algarve haciendo de coche “cero”, fuera de competición, y conducido por el finlandés Mikkola. Curiosamente aquel rally lo ganó el español Antonio Zanini, que aquel año se proclamó Campeón de Europa. Pero lo curioso fue ver que en las diferentes especiales, si el Audi hubiese participado, habría ganado con media hora de ventaja. Sobre piso de tierra, el Audi Quattro era imbatible y todas las demás marcas tuvieron que dotar a sus coches de cuatro ruedas motrices para hacer frente a la aplastante superioridad del vehículo alemán sobre ese terreno.
A finales de la década de los 70, Carlos Arrojo todavía participaba como piloto de rallies con su 600 aunque su actividad principal pasó a ser el concesionario de su familia. Hoy, el piloto y su vehículo, son recordados como parte de la historia de la competición en Galicia. De hecho, el Jefe de Redacción de Crono Motor, Miguel Díaz, tiene prevista la publicación de un libro sobre automovilismo en A Coruña a finales de este año en el que retratará la historia de las competiciones de nuestro territorio, sus pilotos y sus coches.